vuela

  • Baja, y corre desesperadamente escaleras abajo, anhelandola, con el corazón latiendo estrepitosamente. Quiere sentirla en sus brazos, poder ver su brillo y amar su calidez. Sigue volando escaleras abajo para al fin alcanzarla. LLega a la puerta y cruza el podrido umbral. La siente la observa, y lleno de regocijo exclama: ¡ al fin te tengo penetrante luz del sol !.

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